“Aunque el Coliving nació oficialmente en Silicon Valley – USA, en Latinoamérica desde hace tiempo se buscaban soluciones para los mismos problemas. Se encuentran modelos primitivos de economías solidarias como natilleras, trueques, co-vivienda (inquilinatos) y muchos más que, tal vez, por falta de autoconvencimiento o autoconfianza, no se evolucionaron y se exportaron al mundo como creación colectiva local”, apuntó Christian Salgado, arquitecto y PMO Manager en M+Group.
Las personas han pasado de hablar del “yo” a hablar de un “nosotros”, reclaman cada vez más compartir experiencias, conocimientos y emociones con otros, cimientos que se traducen en el núcleo fundamental del Coliving.
Esta tendencia ofrece oportunidades de crecimiento laboral, social y académico, se basa en el compartir una sola estructura residencial con un grupo de individuos. El fin no solo es compartir una vivienda sino crear una comunidad participativa.
El sector inmobiliario se encuentra en la búsqueda de soluciones para suplir las necesidades de los nómadas contemporáneos, de esas personas que buscan pertenecer y viajar, además de trabajar desde diferentes lugares del mundo. Ellos requieren espacios que fusionen la dimensión social, de relacionamiento, trabajo y ocio. El reto está en la creación de lugares polivalentes que permita la comunicación, la diversión, el descanso y el conocimiento.